Aproximación al Estudio de la Máquina Árbol. Nuestro Método.

Un inicio al tema para brindar elementos de comprensión a aquellos que tengan interés de profundizar posteriormente sobre este aspecto de Nuestro Método. 

Un especial agradecimiento a Conrado G. Laigle.
P. Parque del Istmo.
Por su colaboración y ayuda que han hecho posible este trabajo.

 

 

LA INTENCION SE MATERIALIZA EN INTERES

EL INTERES SE MATERIALIZA EN LA FUNCION

LA FUNCION SE MATERIALIZA EN EL INDIVIDUO

EL INDIVIDUO ESTABLECE RELACIONES CON OTROS INDIVIDUOS Y CREAN UN SISTEMA

LA DINAMICA DE RELACION DE UN SISTEMA PRODUCE CUALIDADES EMERGENTES

LA PRINCIPAL CUALIDAD EMERGENTE DE LA DINAMICA DE LOS SISTEMAS ES LA CONCIENCIA

CUANDO LA CONCIENCIA COMIENZA A OBSERVARSE SE PRODUCE LA AUTOCONCIENCIA

LA CONCIENCIA SE ENFRENTA A SU POSIBILIDAD DE EVOLUCION

DE ESTE MODO REMONTA EL RIO DE LA CREACION HASTA QUE SE FUNDE CON LA INTENCION INICIAL

ENTONCES DESAPARECE TODA DUALIDAD INTERNA PORQUE AHORA ES UNA CON EL SENTIDO

ESTE ES EL MOVIMIENTO DEL UNIVERSO, UN GRAN PROYECTO DE CONCIENCIA.

INTERES DEL TRABAJO

En este escrito nos aproximaremos al estudio de la Máquina Árbol.

Al igual que en los trabajos anteriores(1) éste, como nos dice el título, es una aproximación con el objeto de brindar elementos de comprensión para aquellos que tengan un interés de profundizar posteriormente sobre este aspecto de Nuestro Método.

Si la Máquina de Procesos servía como herramienta para comprender cómo la Intención se desplegaba a través de los diferentes “Momentos de Proceso” o “Momentos del Tiempo”, la Máquina Árbol nos exige otra mirada.

Una mirada que observa la evolución de la vida, en donde el individuo y su medio actúan como todo un sistema de intercambio recíproco, en ese intercambio se produce transformaciones de la materia y la energía. En esa dinámica todo el sistema crece y evoluciona.


 

AMPLIACIONES

Esta máquina nos representa geométricamente los sistemas de relaciones que establece un individuo con su medio.

En un ejemplo anterior analizamos una planta, un árbol, y observamos que la planta para su crecimiento depende del medio, se alimenta del medio con materias y energías con diferentes grados de densidad. De modo que este individuo con su medio establecen todo un sistema, un ecosistema.

Si observamos este ecosistema descubrimos que, en su dinámica vital, surge una cualidad emergente, una cierta inteligencia que permite la autorregulación y conservación de ese sistema. No es una inteligencia lógica, es una suerte de inteligencia instintiva análoga a lo que sucede con los sistemas de autorregulación de nuestro cuerpo.

En el caso del ser humano, el Yo como el primer escalón de autoconciencia, es la cualidad emergente de todo el funcionamiento de nuestra maquinaria psicofísica. Silo llamaba a esto “…un epifenómeno emergente…”.

Nos dice la Ley de Estructura:

“…Nada existe aislado, sino en relación dinámica con otros seres dentro de ámbitos condicionantes…”

Observemos el siguiente gráfico(2):

El individuo de estudio se ubica en el centro de la forma. La planta árbol, se encuentra en el medio, en el plano medio del gráfico. ¿Qué determina que esta planta se ubique en el centro del gráfico?, ya que no podríamos decir que en un ecosistema haya algo más importante que otros componentes del mismo. Lo que determina la ubicación en esta máquina es nuestro interés traducido en un objeto de estudio.

Esto nos demuestra que este gráfico es una herramienta de estudio, una herramienta que nos permite observar los sistemas de relaciones de un individuo con su medio.

A los lados ubicamos la atmósfera, la presión, la luz y la temperatura. Cualquier variación de éstos influye sobre el crecimiento del árbol.

Observamos que los “ciclos” del sistema mayor (estaciones, regímenes de lluvia, de luz, etc.), operan como si fueran “funciones” que actúan sobre el medio en el que se encuentra nuestra planta, poniendo condiciones para el desarrollo y evolución del individuo.

Un ejemplo nos aproximará a esta idea de las “funciones” y cómo operan. En el organismo humano la glándula hipófisis regula los ciclos diarios según la cantidad de luz en el medio, a partir de cierta hora comienza a producir la hormona Melatonina, es la reguladora del sueño. Aumenta la Melatonina y nos vamos a dormir.

Es importante jugar con la imaginación para captar la idea de las funciones (casi inmateriales que operan como fuerzas o impulsos) dentro de un sistema, es el movimiento cíclico que termina produciendo una acción, una manifestación.

En el límite inferior encontramos el suelo y el agua, podríamos decir que son materias más densas que las anteriores. También cualquier variación de éstos influye sobre el crecimiento de la planta.

Si seguimos descendiendo nos encontramos con elementos que operan como regresivos, frenan u obstaculizan el desarrollo de la planta. Por ejemplo son elementos que operan como degradadores de la forma, son los que reciclan lo que la planta desecha. Cuando este árbol muere son estos organismos los que liberan las substancias que servirán a gusanos, bacterias, hongos, etc.

Las enfermedades también se ubican dentro de este plano. Cuando el plan de crecimiento está activo, estos elementos regresivos se encuentran equilibrados, a esto lo llamamos “buena salud”, pero cuando existe una alteración en la dinámica energética (ingreso-transformación-metabolización-egreso) del individuo, comienzan a operar de modo más activo estas fuerzas regresivas.

En el plano superior encontramos todo aquello que “vitaliza” o colabora con el crecimiento y expansión del plan de la planta. En el ejemplo tenemos a los fertilizantes, desinfectantes o todo aquello que cumple una “función” análoga. Los organismos vivos que se alimentan de sus frutos y que luego dispersan sus semillas en otros ecosistemas son elementos “progresivos” ya que favorecen la expansión de la planta, inversamente a los otros elementos vivos.

Observamos claramente diferentes niveles dentro del sistema, por este motivo se nos dice que la Máquina Árbol es una máquina de niveles.

Poniendo al ser humano como objeto de estudio, y si el interés fuera el estudio de los tiempos de conciencia, en el nivel inferior pondríamos el pasado, la memoria. En el nivel medio el presente y en el nivel superior el futuro y el Sentido. Es fácil comprobar que cuando un individuo tiene un propósito y está activo en función de ese propósito, la vitalidad del organismo aumenta, se dice “tiene el futuro abierto”.

Inversamente en momentos de crisis u oscuridad, se cierra el futuro, el sistema inmunológico se desvitaliza y el cuerpo aumenta su exposición a las enfermedades.

 

LA MAQUINA ARBOL COMO HERRAMIENTA DE ESTUDIO

El Método es una herramienta, Toda herramienta para poder usarla se necesita conocerla, necesitamos disponer de un manual de procedimientos.

A lo largo de la historia se ha utilizado esta herramienta y con ella se ha podido profundizar en la comprensión de las leyes y principios Universales. Silo comentaba que estas herramientas (las Leyes y el Método) son traducciones o expresiones de la experiencia humana.(3)

A esta forma se la llamó “el Árbol de la Cábala”, en otros textos “el Árbol de la Vida”, también en los estudios llamados “Geometría Sagrada”. Los estudiosos de la Cábala la han “cargado” con elementos de su propio paisaje y visión del mundo, del mismo modo en los mitos aparecen representaciones que aluden a esta máquina de niveles.

Cuando en los mitos nos hablan de la “caída” de la Luz, de ángeles o seres divinos que bajan a regiones oscuras (y más densas), o cuando nos dicen que los Profetas o Iluminados vienen con la función de traer luz a las tinieblas, hacen alusión a esta máquina de niveles.

En el capítulo XIX “Los Estados Internos” del libro La Mirada Interna, se detallan los recorridos de ascenso y descenso, con el interés puesto en los diferentes estados internos según los “niveles” de conciencia por los que transita el individuo.

Observemos otro ejemplo:

Si nuestro interés es estudiar la conciencia y los diferentes estados con respecto al Sentido de la Vida, nos encontraremos con el siguiente esquema que fue llamado “La Pancarta”.

Observamos en la columna central los cinco niveles o estados con respecto al Sentido.

El ejemplo nos muestra que esta máquina puede ser utilizada como herramienta para cualquier estudio que nos interese emprender.

EL SIMBOLISMO HERMETICO EN NUESTRA MAQUINA ARBOL

Avancemos un poco más en la comprensión de los Principios o Fuerzas que la componen. Develemos ese “código hermético” que nos permitirá utilizarla como herramienta.

Cuando nos dicen que algo es hermético, hacen alusión a algo que necesita de ciertas claves o códigos para ser descifrado. Esta palabra viene de Hermes (el emisario de los dioses, el que traduce el código divino en acción).

Cuando decimos que un envase tiene cierre hermético, también hacemos alusión a este significado, aunque aplicado a la experiencia cotidiana. En Alquimia está asociado al metal Mercurio y en nuestras Cartas T(4) corresponde a la Morada llamada “Desplazamiento o Desvío”.

Nada está oculto o mejor dicho, nada está oculto para la conciencia que puede vivenciarlo. La percepción o el resonar con este “código fuente, exige un nivel de conciencia más sutil que el que utilizamos en la existencia cotidiana, con eje en la estructuración de los sentidos y la conciencia psicofísica.

Para poder resonar y representar estos principios es necesario ubicarse, como nos dice Silo, “…en el mirador de lo sagrado…” (5).

Una mirada que nos puede ayudar a comprender la estructura de la Máquina Árbol es aquella que observa al Universo como diferentes niveles de energía, algunas corrientes nos hablan de “vibración y frecuencia”.

La energía va creando planos y ámbitos de existencia, de lo más vibrátil hasta lo más denso. De este modo la energía se va condensando hasta crear formas-movimiento compactas, formas perceptibles por nuestros sentidos, a esto lo llamamos comúnmente “materia”.

Pero nuestros sentidos, según la física actual, solo perciben el 1,5% de todo el espectro electromagnético del Universo. De modo que, desde el punto de vista del funcionamiento de los sentidos (internos y externos), nuestra existencia se encuentra en una franja muy limitada de todos los planos de la existencia del Universo. Esta franja se la denominó “la vida densa”.

Si cargamos a nuestra máquina con los niveles de conciencia (sueño, semisueño, vigilia, conciencia de sí, conciencia objetiva o superior) nos encontramos que en los niveles superiores se activan funciones en donde se establece una relación con el mundo más energética, más vibrátil.

Estas funciones trascienden a la estructuración que realizan los sentidos, se establece una relación de “resonancia” energética, de “concomitancia” energética con el entorno. Luego la conciencia “traduce” la experiencia en formas psicológicas para poder expresar la experiencia a otros.

Aprender a traducir estas experiencias es toda una especialización, todo un arte, y se han utilizado muchos canales de expresión; la arquitectura, la poesía, la mitología, la matemática, la geometría, las diferentes ciencias, etc. Nuestro Método es una de esas formas de traducción.

En las primeras versiones de La Mirada Interna (anónimo), en el capítulo XIII, Los Principios, leemos lo siguiente:

“…He aquí los llamados Principios, que debes observar si quieres ponerte en resonancia viva con todo el Universo, del que eres su símbolo y su imagen…”

Analicemos ahora la siguiente lámina con la intención de develar estos principios o fuerzas que la componen. Con la idea de aprender a “cargarla”, aprender a utilizarla como herramienta de estudio.

La gráfica es una copia de la representación de la Máquina Árbol tal como se encuentra en el libro Cuadernos de Escuela.

Los círculos se llaman “Moradas” o “Individuos”. Estos círculos están interconectados por líneas, algunas poseen flechas que marcan una dirección, un recorrido ascendente y otro descendente-

Si observamos la gráfica desde el punto de vista de la circulación de la energía nos encontramos con cinco niveles y siete estados. Los cinco niveles vibratorios están representados por las fichas de ajedrez, los siete estados por los números. Observamos que los estados que corresponden a los planos bajo y medio poseen dos números, no así los estados o niveles altos que poseen sólo un número. Es como si los planos bajo y medio contuvieran dos estados, uno más denso y otro más vibrátil.

Con respecto a los símbolos o ideogramas que se encuentra en cada Morada, estos son tomados de la Alquimia y Astrología medieval. Representan funciones, principios o elementos según el plano o perspectiva desde donde se estudia. En Alquimia es todo un sistema de signos para hablar de los metales o compuestos de la Obra, en Astrología se habla de planetas y su influencia. Y en nuestra Tipología expresan diferentes formas de comportamiento de los centros de respuesta.(6)

Luego encontramos un nombre, éste refleja el “Principio” que rige, o la función dentro del conjunto.

Por ejemplo; la Morada de La Vitalidad, ubicada en el extremo inferior nos habla de la base instintiva o vegetativa. En el ejemplo de la planta encontramos las raíces y su interacción con el “medio” suelo y sus diversos componentes.

La Morada de la Tendencia nos habla de una fuerza contractiva, conservadora, la función es conservar la estructura. Tanto la Vitalidad, la Regresión y la Tendencia, si bien actúan como especializaciones o aspectos de la base instintiva poseen una cualidad centrípeta, conservadora y atractiva. Los instintos de conservación en todo organismo se ubican en esta franja, en este “plano de existencia”, análogo a la fuerza de gravedad de los planetas.

En el plano medio encontramos moradas que expresan una fuerza opuesta, una fuerza expansiva. La Generación es opuesta y complementaria de la Tendencia, un Ying y un Yang. Como una respiración de la energía, contracción y expansión.

¿Cómo se sale de la conservación? Con un movimiento hacia adelante, por motricidad. Esta función está reflejada en la morada que se llama Desplazamiento, y corresponde a la Carta T N° 5 que tiene la imagen de un felino en movimiento.

Cuando en Tipología se nos dice que una persona es de Aire, se alude al principio que lo rige como rasgo principal en su comportamiento, la función es la motricidad.

 

SINTESIS

La Máquina Árbol de Nuestro Método es la herramienta para estudiar un individuo y la interrelación que establece con el medio en que vive.

El crecimiento y evolución del individuo depende de la interacción con el medio, a su vez todo el sistema (individuo y medio) establecen una dinámica recíproca. El conjunto produce fenómenos emergentes como una suerte de conciencia instintiva que se observa en las funciones de autorregulación y conservación del ecosistema.

En individuos más complejos como el caso del ser humano, la conciencia muestra también una evolución hacia la autoconciencia, notamos en la misma diferentes niveles y cualidades, y junto con esto una posibilidad, la de independizarse de los condicionamientos que impone la Naturaleza y lograr mayor libertad.

La irrupción de la Escuela de Liberación en diferentes momentos del proceso humano muestra el propósito de brindar herramientas y un “camino” de evolución y liberación.

En el esquema general de esta máquina se observa dos polos en tensión, el extremo superior y el extremo inferior. Estos muestran dos direcciones, una evolutiva y otra involutiva, análogo a la imagen que se forma volcando limaduras de hierro sobre un imán.

Reconocemos 3 niveles o planos, la existencia de cualquier individuo se da en el plano medio, en interacción con otros individuos del mismo plano. Por encima un plano superior que marca ciclos y ritmos y por debajo un plano inferior más denso, que posee materiales y elementos vivos que son el sustrato o base material de cualquier individuo de estudio.

Los 10 círculos o Moradas reflejan Principios, Fuerzas o Funciones. La Poética Menor nos dice que “…todo está compuesto por estos 10 individuos” (en diferentes proporciones). Estos representan los 10 primeros arcanos mayores de las Cartas del Tarot o de nuestras Cartas T, y se completan con los 12 momentos de la Máquina de Procesos, haciendo un total de 22 arcanos mayores. Cada Morada nos muestra la Función o Principio que rige.

 

Como material anexo incorporamos la charla de Silo “Acerca de la forma Desplazamiento o Desvío”. Esta carta nos explica la Morada N° 4 en el circuito de ascenso, y marca un límite o la posibilidad de cambio de nivel.

 

ANEXO

Acerca de la forma DESPLAZAMIENTO O DESVIO
Silo – Buenos Aires, agosto de 1973

Si tomamos la carta nº 5 de las cartas T, podemos ver en el nivel inferior, un caduceo; en el nivel medio, un felino a la carrera y en el nivel superior, el símbolo de Mercurio.

Siendo esta carta uno de los diez individuos, inquirimos su nombre y leemos que se llama DEZPLAZAMIENTO O DESVIO. Continuando con la investigación y comprendiendo que los individuos son las “moradas” del Árbol, y que el Árbol a su vez es una representación (entre otras cosas) de los diversos estados internos por los que pasa el peregrino en su andar, tomamos entonces la Mirada Interna. En el capítulo XIX, leemos en el punto 7 lo siguiente: “De fracaso en fracaso puedes llegar a la próxima morada que se llama ‘morada del desvio’…”

El texto, nos despierta muchas reflexiones y muchos interrogantes. Sin embargo el texto es muy claro. Notamos que los interrogantes nacen, sobre todo de preguntarse acerca de la relación que guardan las figuras de la carta con lo expuesto. Es decir ¿qué hace allí Mercurio y el caduceo? ¿Y el felino? ¿Y qué características particulares tiene esa ‘morada’ que está simbolizada por esas figuras?

Muy bien. Volvamos a la carta entonces y estudiémosla. Tomemos su nivel medio, el animalito corriendo y observemos atentamente. En primer lugar, notamos que el felino no está quieto, no está detenido, sino que está corriendo. Y más aún: está como disparado. Viene de algún lugar y sin duda va a otro lugar y va como un tiro. Esto nos hace pensar en algo que en un instante estuvo y en otro ya no está más. Es como si dijéramos: ahí viene… ¡ya pasó! Y ya desapareció… Esto que nos parece exageradamente reiterativo es sin embargo –parece- una de las características fundamentales del símbolo: la rapidez, la velocidad de ese tránsito. Esto nos da la idea de un desplazamiento, y de un desplazamiento muy veloz.

Como si el momento simbolizado fuera de gran movilidad y por esto mismo, también de cuidado. Fijémonos en lo siguiente: el animal elegido es un felino. ¿Porqué un felino y no otra cosa? El felino, como sabemos, es uno de los animales más astutos y más cuidadosos y también de los más veloces. Incluso hay un felino, el guepardo, del que se dice que es el animal terrestre más veloz ya que puede alcanzar alrededor de 112 km por hora en carrera.

Hemos encontrado entonces, una de las características de la morada: su desplazamiento, la idea del desplazamiento y su desplazamiento muy veloz y de cuidado.

Sigamos adelante. Decíamos más arriba, atendiendo a la figura, que otra de sus características es que viene de algún lugar y va a algún otro lugar. Muy bien, ¿de dónde viene la figura? Echamos una ojeada al Árbol y notamos que viene de un camino de inevitable recorrido llamado Frustración.

En la Mirada Interna leemos lo siguiente:

“6.-… Mala es tu posición en la morada de la Tendencia: o te dejas estar y caes, o asumes responsablemente el camino de la frustración (penoso, pero único-no-falso).

7.- De fracaso en fracaso puedes llegar a la próxima morada que se llama ‘la morada del desvío’…”

Muy bien. Decíamos entonces que el felino viene disparado de algún lugar, viene de un camino y habiendo observado en el Árbol de qué camino podría venir el felino, hemos notado que este camino podría ser el camino de la frustración.

Al leer la Mirada hemos notado también que hay una referencia hacia ese penoso camino. Aparentemente, esa referencia es muy sintética. Son cuatro o cinco líneas solamente. Se habla sólo de un penoso (pero único-no-falso) ir de fracaso en fracaso. Sin embargo si profundizamos un poco en la Doctrina sobre ese camino, encontramos que hay diferentes textos que se refieren muy directamente a este punto. Veamos uno:

En “Silo y la liberación” en el capítulo llamado “El espíritu y la opresión”, leemos:

“…la oveja es el espíritu del ser humano… Cercar el espíritu es separarlo del mundo por la ignorancia. Rodearlo de cuidadores, es mantenerlo en la docilidad por la violencia y la fuerza, infundiéndole el temor. Finalmente, adormecerlo es degradar el espíritu con persuasión y con bellas falsedades.

A través del tiempo se han usado esas tres formas de asesinato del espíritu… Cuando un hombre no necesita de cercos ni de cuidadores y está conforme con la falsedad de su vida es porque su espíritu ha muerto…

Un hombre que se ha degradado a tal punto es un triunfador y se lo pone como ejemplo de superación. Ese recibe su paga a costa del sufrimiento de otros a quienes considera incapaces. El triunfador puede llegar a serlo únicamente colaborando con los mandatos del amo se llame: Estado, Moral o Religión…”

Detengámonos un momento en el texto y veamos lo que nos dice. Nos habla sobre el triunfador y sobre el asesinato del espíritu.

Pero, ¿Quién es este triunfador? ¿Cuáles son sus características más sobresalientes? El texto nos dice: “un hombre que se ha degradado a tal punto es un triunfador…” es decir: el triunfador (el falso triunfador) es un hombre que se ha degradado, que ha degradado algo en sí mismo evidentemente.

En el diccionario leemos que degradar es despojar a algo de su grado o dignidad. Muy bien, ¿Qué es lo que ha despojado de su grado o dignidad, este hombre conocido como el falso triunfador? ¿Qué es lo que ha degradado en dignidad en sí mismo?

Si seguimos leyendo vemos que “… adormecerlo es degradar el espíritu…” es decir que lo que ha hecho este hombre es despojar de su grado o dignidad a su propio espíritu y al espíritu de otros hombres colaborando con el opresor. Es decir el falso triunfador ha asesinado su espíritu, es decir ha “triunfado” sobre su espíritu, ¡degradándolo, sometiéndolo, adormeciéndolo! Por eso es un triunfador ese hombre y por eso es un falso triunfador. Y ese triunfador usa tres formas de sometimiento del espíritu: la ignorancia, el temor y el adormecimiento colaborando con los mandatos del amo se llame: “Estado, Moral o Religión…”.

Pero nosotros estábamos estudiando el camino de la frustración y el ir de fracaso en fracaso y ¿Qué relación guarda esto con el triunfador? Sigamos con el texto de la arenga: dice allí que

“la oveja es el espíritu del ser humano” y que hay algunas ovejas que “se reconocen fuera del cerco y que no gozan de los beneficios del triunfador”

¿Qué es lo que ha pasado con estas ovejas que se reconocen fuera del cerco y de los beneficios del triunfador? Ha pasado, sencillamente, que se han negado a degradar y someter el espíritu. ¿Y cuáles son las características más sobresalientes de esas ovejas que se han negado a degradar su espíritu?

Leemos más adelante que esas ovejas son “los pobres y los enfermos y los sin fuerza y los sin porvenir. Son los que han sido defraudados en sus ideales, truncados en sus amores, escarmentados en su fe, traicionados en su bondad…” Son evidentemente ovejas que no han triunfado, ovejas que han fracasado por no someter a su espíritu. Y termina el texto diciendo significativamente:

“Cuando te reconozcas fracasado te daré consuelo porque entonces tuyo será el espíritu y descubrirás (entonces) la necesidad de la liberación interna, la necesidad del renunciamiento, la necesidad de matar el deseo…”

En otro texto y también en otro contexto y ocasión, volvemos a encontrar el estudio del concepto de fracaso, ya abordado técnicamente. Así en la Meditación Trascendental leemos que:

“cuando mi núcleo de ensueño es tan poderoso que se me aparece como una imagen en el futuro (algo que quiero aprehender, algo que quiero apresar) hacia la cual me dirijo a lo largo de los años, al paso de los años en mucho tiempo, es muy difícil que dada esa tendencia en la que estoy lanzado, alguien pueda provocar en mí desvíos…”

Es decir que parece que existe una tendencia (pensemos en la morada de la tendencia) muy poderosa en el hombre que lo guía a lo largo de los años. Esa tendencia parece que tiene la característica de someter a toda otra cosa que no esté de acuerdo con ella misma. Esa tendencia parece que degrada todo aquello, somete todo aquello que presente una posibilidad que no sea la tendencia misma.

He aquí curiosamente que nos encontramos de nuevo en presencia de algunas características de aquel hombre que llamamos triunfador. Sin embargo, sucede que llega un momento en que se descubre que los objetivos no se “cumplen”. Que llega un momento en el cual se ve que “ya no se van a concretar.” Un momento en el cual se siente el “vacío interno”, el no cumplimiento de “sus ansiedades y sus deseos” Ese momento justo, es el momento en que se siente la sensación de fracaso. Y si más arriba veíamos, siguiendo con el texto, que cuando existe esa tendencia “es muy difícil que alguien pueda provocar en mi desvíos…” (Repasemos rápidamente el nombre de la morada que estamos estudiando: desplazamiento o desvío), ahora ante esa sensación de fracaso parece que si, parece que es momento en que se puede provocar el desvío. Por eso dice muy significativamente el texto: “recién se puede hablar con él en otros términos”.

Muy bien. Volvamos a la carta. Allí está el felino desplazándose muy velozmente y ya sabemos de dónde viene ese desplazamiento, cuáles son las características del origen de ese desplazamiento. Ahora veamos adónde va, cuál puede ser su destino. Porque parece que ese desplazamiento es tan veloz, que hay como que poner sumo cuidado sobre su destino pues, ¡vaya a saber dónde se puede ir a parar!… La Mirada Interna dice sobre esta meta o estas posibles metas: “Cuidado con las dos vías que tienes ahora por delante: o tomas el camino de la resolución que te lleva a la posada de la generación o tomas el del resentimiento que te hace descender nuevamente hacia el refugio de la regresión, hacia el refugio del semisueño. Allí estás plantado ante el dilema: o te decides por el laberinto de la vida consciente y tomas la resolución o regresas al laberinto de la vida oscura. Son numerosos los que no habiendo logrado superarse, regresan a los reinos inferiores por el  resentimiento. ¡Desafortunado aquél que llegando penosamente ante el umbral, no pudo franquear la entrada del despertar!…”

Son entonces dos caminos en esta encrucijada. Y ese parece ser el problema más grave de nuestro animalito. Su carrera es muy veloz, muy rápido se pasa por allí y hay que poner mucho cuidado. Sobre este cuidado, la Meditación Trascendental nos dice: “Bienaventurados aquellos que llevan el fracaso en su corazón sin resentimiento y sin venganza, porque ellos pueden evolucionar” y para finalizar el estudio sobre nuestro felino, digamos que hemos leído también en este sentido una frase llena de significado: “Hay que salvar al hombre de la venganza”…

En la parte superior de la carta, aparece el símbolo de Mercurio y en la inferior el caduceo. Como estos dos aspectos están muy relacionados pues el caduceo era el atributo más importante de Mercurio o Hermes, creímos conveniente estudiarlos juntos, rastreando en la mitología sus características síquicas.

La figura de Mercurio a quien en adelante llamaremos Hermes como los griegos, es sin duda una de las más rica dentro de la Mitología del Oriente Medio en general y según parece de otras partes.
Se dice que el olímpico Zeus, habiendo tenido en vista la creación del hombre y los problemas que este ser podría plantearle, tuvo que meditar acerca de las prevenciones adecuadas al equilibrio de todos los sistemas.

En esas meditaciones los problemas más graves estaban relacionados evidentemente con las futuras relaciones de este ser con los dioses. Y esto era así pues esta nueva especie que habría de poblar la tierra, tendría en sí misma la “chispa” divina o el “Espíritu” divino. – ¡Y qué especie!… – dijo Zeus sonriendo misteriosamente. Con estas cavilaciones nuestro Zeus, se encontró de pronto en medio
del espacio infinito entre las nebulosas y las constelaciones, desandando paso a paso uno de los rincones más alejados de la Vía Láctea; contemplando el espectáculo de miríadas de estrellas latiendo con pulso firme y acompasado.

A fin de completar la creación -se dijo- es necesario crear un mensajero adecuado entre el hombre y los dioses… Así es que, de pronto, en su paseo estelar, atisbó un pequeño grupo de siete estrellas titilando en medio de la constelación de Tauro. Entre ellas, la más grande y mayor del grupo parecía proteger a las demás como una hermana cuidadosa. Eran las Pléyades, hijas de Atlas, y la estrella mayor, la ninfa Maya (nótese de paso que las Pléyades servían en la Antigüedad como guía de los navegantes; son las estrellas que nosotros conocemos como las siete cabritas y que aparecen hacia el norte apenas puesto el Sol).

Supo entonces Zeus, que Maya habría de ser la madre adecuada para dar existencia a este divino mensajero. Curiosamente, Maya en sánscrito significa ilusión, como también llámase así la madre del señor Buda, aquél que recreo en sí mismo las 32 señales o los 32 caminos del Árbol. Conociendo Maya las necesidades del Olímpico, se esforzó por complacer adecuadamente al dios y al tiempo, dio a luz un niño resplandeciente e inquieto que fue puesto al cuidado y la educación de las cuatro estaciones. Se dice que “el verano le dio su potencialidad fecundante y sus frutos; el otoño la madurez de sus reflexiones, su experiencia y sagacidad; el invierno su rigor imperturbable y la primavera su risa y su convincente elocuencia.”

Todavía un niño, nuestro Hermes tuvo su primera aventura donde demostró ya sus habilidades. En una comarca de Grecia, vivía un rey, Admeto. Este tenía grandes y hermosos rebaños que estaban al cuidado de Apolo. Una noche, la hacienda rumiaba pacíficamente. Observando el niño que todos dormían, se acercó al rebaño con cautela a fin de apropiarse de él. Pero, a pesar de que todo estaba en
sombra, fue visto por un pastor llamado Bato, el más viejo de toda la comarca.

Hermes rápidamente compró su silencio regalándole la mejor ternera de la manada y se llevó los animales caminando hacia atrás sobre sus propias huellas hasta ocultarlos en un bosque. Y Hermes hizo esto así a fin de que se cumpla la voluntad de Zeus que al momento de crearlo se dijo: “Esta forma, ha de poder manejarse hábilmente en la tierra, en el cielo y en las profundidades. Ha de tener la posibilidad de guía y del contacto cualesquiera fuesen las condiciones de su ubicación… Ha de ser llave y a la vez camino, velando muy especialmente en las encrucijadas. Le hemos de dar para ello capacidad de transformación y espíritu sonriente. Así ha de ser este hijo que con clara mirada develará las intenciones debajo de las palabras. Teniendo la capacidad de dar y de quitar…”

Retornando al cuento, llegó Apolo al día siguiente a fin de buscar los rebaños y no encontrándolos, inquirió su paradero por toda la región sin resultado. Sin embargo, buen conocedor de la comarca, se acercó a la cabaña del viejo Bato prometiéndole que a quien le revelara el secreto del robo le había de regalar dos hermosos bueyes. Bato cae en la trampa, descubre a Hermes y recibe como pago no los bueyes sino el ser convertido de inmediato en piedra de toque como castigo.

(Dicho sea de paso la piedra de toque sirve a los joyeros para probar la pureza del oro, su ley correspondiente con un sencillo procedimiento. El operador tiene una estrella de varias puntas en cada una de las cuales hay un trocito de oro de diferentes leyes. Toma la joya a probar y traza una raya sobre la piedra de
toque donde quedan algunas partículas del metal; luego, traza otra raya paralela con la punta de la estrella correspondiente a la ley que, se dice, tiene la joya. Inmediatamente se derrama un poquito de Agua Regia sobre ambas rayas. Si las partículas de oro que quedaron adheridas se disuelven al mismo tiempo, es señal de que el oro se corresponde; si no, se repite el procedimiento con las otras puntas de la estrella hasta encontrar la correspondiente).

Sigue el mito diciendo que, habiendo sido descubierto, nuestro Hermes reflexiona solo un instante y rápidamente se enfrenta con resolución con su hermano Apolo ante quien no solo se muestra como autor del robo sino que le comenta paso a paso los detalles. “Pero -le dice- el pobre viejo Bato ha pagado las consecuencias ¿vas a castigar a este niño? Mira lo que tengo para ti”. Y, al instante, le ofrece de regalo una lira que acababa de construir con una caparazón de tortuga a fin de que el dios Sol pudiera acompañar sus cantos. ¡Que podía hacer Apolo con su hermanito, sino sonreír y agradecerle su regalo!…

Crecido ya -sigue el mito- fue destinado a cumplir su misión en la tierra. No se sabe si porque el hombre ya lo necesitaba o porque su permanencia en el cielo era tan inquieta que se había dedicado a despojar a los dioses de sus atributos más queridos. Se dice que robó el ceñidor mágico a Venus (Venus… si tomamos la carta nº 6, La Tendencia, vemos que está presidida por el símbolo de esta diosa.; por otra parte, Hermes fue conocido como un gran creador de ilusiones) y robó también la lanza sagrada a Marte (La Energía…) y otras fechorías que, sin duda, precipitaron su partida del cielo.

Como podremos suponer, llegó a este mundo muy silenciosamente. Era de noche en la tierra pues, decía Hermes, no hay mejor hora para lo nuestro que cuando el sol se pone. Muy bien. Con una amplia mirada, ubicó el dios el punto exacto de su misión y se preguntó por dónde empezar. Pero no esperó mucho tiempo.

Los caminos de la Antigüedad estaban poblados de asaltantes y ladrones y esto era su salsa. He aquí que al poco tiempo lo encontramos presidiendo asambleas de bribones de toda laya, programando atentamente mil jugarretas. Así es que colmaba a las gentes de dones quitándoselos imprevistamente. Lo vemos, entonces, dando y quitando. A aquéllos que se reían como el de las desdichas y los fracasos y las pérdidas, los despertaba suavemente con un toque de caduceo.

A los otros, que llevaban en su corazón resentimiento y venganza, los tocaba también – sonriente- con el caduceo produciéndoles un profundo sueño… Por eso fue llamado el Astuto, el Aalaz y el Psicopompos “o conductor de las almas al infierno”.

Cabe hacer aquí una aclaración sobre la representación humana que se conserva del dios. En la cabeza, un bonete (¿acaso el gorro frigio de los alquimistas?), en los pies dos alitas llamadas talares (como símbolo de rapidez); si estaba vestido, llevaba puesto un c..namen1 blanco y negro (esto nos recuerda los dos caminos: el de subida y el de descenso y también la leyenda sobre sus dos naturalezas, su condición de andrógino.

Se dice que los cabalistas en sus trabajos de ascenso por los caminos del Árbol recreaban mentalmente una figura andrógina al llegar a la morada de Hermes). Y, por último, en la mano, llevaba el caduceo, varita que tenía la virtud de dormir o de despertar.

Sobre este símbolo, cuenta la leyenda que su origen estuvo en aquella reyerta con Apolo por el robo de la hacienda. Éste quedo tan gratamente convencido por su hermanito que le regaló una varita de avellana la que, le dijo, tenía la virtud de romper con las contradicciones, de obrar la Paz. Es así que Hermes rápidamente, la pone en acción en la primera oportunidad que se le presenta. De pronto, ve que dos serpientes luchan furiosamente entre sí: coloca la varita en el medio y éstas, mansamente, dan fin a la contienda y se enroscan con suavidad hasta quedar con las cabezas enfrentadas. Hermes las fija con un clavo de oro y he aquí que ha nacido el caduceo, símbolo imperecedero del Árbol.

Leemos que una forma muy antigua de su culto estaba representada por un simple montículo de piedra al lado de los caminos, casi siempre en los cruces. Allí los viajeros al pasar, dejaban caer devotamente una piedrita en señal y recuerdo del dios. De ahí que se lo conociera también como el “Dios de las encrucijadas”.

También fue conocido como dios del viento (del Pneuma) y no sólo lo encontramos como burlador sino que también las leyendas nos lo ofrecen citado muchas veces como pastor y dios de los rebaños.

1 La palabra está incompleta porque el texto cubría la página de lado a lado, sin espacio para encuadernar. Coincide con el agujero del encarpetado. Asocié inmediatamente con “clinamen” porque faltan dos letras. Pero la Enciclopedia dice que Hermes vestía túnica y clámide (una capa de lana fina). De todos modos, resulta curiosa la asociación con “clinamen” porque éste es, casualmente, el desvío del átomo que origina nuevas cadenas causales. (v. Wikipedia, Néstor Tato).

Se conservan imágenes de Hermes conduciendo ovejas o llevando carneros sobre los hombros. Esto nos recuerda a imágenes similares de Cristo bien conocidas por nosotros como “el buen pastor”. Como dios viajero que era, se dice que anduvo de comarca en comarca pacificando y civilizando a su paso. Algunos lo llamaron el Líber por estos trabajos.

Su universalidad es muy grande. Lo encontramos en muchas culturas. Entre los egipcios como Hermes Thot. Entre los tracios era conocido como ODIOS, de las encrucijadas. Entre los germanos Wotan. Gigon, para los sirios. Henoch de los etíopes-hebreos. Por qué no también el Mago-brujito de los Mayas. Hemos visto que entre los hindúes, fue conocido como Pushan.

De Pushan, se cuenta el hecho de que conoce y muestra las rutas, que conduce por ellas. Ayuda a reencausar lo errado, reencontrar lo perdido y es guía de los muertos al más allá. Lo que más nos ha llamado la atención es el hecho de que entre los innumerables sacrificios que los hindúes rendían a sus dioses, Pushan recibía el suyo en el umbral de la puerta.

En fin, nuestro Hermes es muy vasto. Citemos solamente sus relaciones con la Alquimia y su condición de Padre, protector, creador y hasta “prima materia” de la Obra. Igualmente con la Astrología. En algunos lugares se relata que es inventor del Alfabeto y de la Música.

Para terminar con nuestro examen, relataremos un sueño que nos fuera expuesto por un coetáneo W.B. donde de una manera muy bella y significativa encontramos sintetizadas las características más sobresalientes de Hermes y del objeto en general de nuestro estudio. El sueño es el siguiente:

“Estaba camino a mi trabajo diario. Para ello tomo un tren que me acerca, cuando de pronto advierto que el rumbo que lleva es opuesto al punto de destino. Sale de la ciudad y llega a la estación de un pueblo lejano.

“Muy inquieto, bajo del tren y me afano por encontrar algo que me acerque a mi destino habitual, pero lo único que encuentro es una suerte de terraplén que debo subir. Así lo hago: comienzo a trepar cada vez más dificultosamente, al final subía de cuatro patas, como fuera, la cuestión era llegar arriba. En ese momento, el paisaje del sueño cambia: la estación desaparece y todo se vuelve más luminoso. Es entonces que termino de subir y, habiendo llegado cansado y desfalleciente a la punta sin esperanza ninguna, me encuentro con una hermosa llanura o valle en donde pasean y conversan venerables ancianos de larga barba. Los llamo y les pido auxilio para acercarme a ellos, pero no me llevan el apunte. Algunos me miran… y continúan en sus cosas.

Así estoy contemplando exhausto este espectáculo y haciendo inútiles esfuerzos por comunicarme, cuando de pronto, imprevistamente, siento como un fuerte viento que pasa casi rozándome y se eleva muy velozmente por sobre mi cabeza. Levanto la vista y he aquí que veo, enmarcado contra el cielo un dios, de formas muy hermosas, rosado y resplandeciente. El pelo fino y rubio como el oro, semicubierto por una suerte de casco gris, y con alitas en los pies. Allí, contra el cielo, detenido en el espacio azul, me mira sonriente e imperturbable con una pierna más levantada que la otra como si
estuviera a punto de correr.

En esta situación, me doy cuenta que tengo en la mano un cordón blanco, e inmediatamente aparece volando otra figura, quizás un poco más robusta que la anterior que pasa a mi lado, toma la punta del cordón y lo lanza con seguridad hacia arriba. He aquí que el dios, graciosamente, toma una punta y se eleva llevándome asido del otro extremo. Asustado por el ascenso pero agarrado firmemente, voy subiendo mientras suena una música celestial y entonces me despierto”

Muy bien. Hasta aquí el sueño y hasta aquí también nuestra investigación acerca de la forma DEZPLAZAMIENTO O DESVIO.



 

NOTAS:

  1. Aproximación al Estudio de la Máquina de Procesos – Aproximación al Estudio de la Máquina Punto. Parque de Estudio y Reflexión Carcarañá.
  2. Cuadernos de Escuela – El Método. H. Van Doren – Ed. Transmutación. 1972.
  3. Carpeta Naranja – material no publicado. 1974
  4. Ver: Poética Menor y Cartas T – Daniel Zimmermann. Parque de Estudio y Reflexión Punta de Vacas. 2016
  5. Mitos Raíces Universales – Silo. Ediciones Magenta, Buenos Aires. 1998.
  6. Ver: Nuestra Tipología – Héctor Lefer. Parque de Estudio y Reflexión Carcarañá

 

Autor:
Maestro Héctor Lefer
hectorlefer@gmail.com
Parques de Estudio y Reflexión “Carcarañá”
Centro de Estudios. Octubre 2022.

 

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